Luis Fernando Mejía Jaramillo volvió cada año ininterrumpidamente, en el lapso que comprenden 1990 y 2003, al tema que recrea la naturaleza exuberante del trópico, y al que realmente el artista le imprimió un sello de sublimidad por medio del grabado, combinando el aguafuerte con el aguatinta en la mayoría de los casos y, en algunos de ellos también, la cerablanda. Todos los grabados fueron impresos a partir de placas de zinc, y la mayoría de ellos en papel de grabado. LEER MÁS...